Muy importante es aprender a estar bien con uno mismo y los demás para poder vivir juntos y felices. Ese balance natural y equilibrado lo vemos ejemplarizado en la Madre Naturaleza que es sabia y benevolente; en Pachamama están los secretos de vida evolutiva mejor guardados y en cada uno de ellos se refleja la gracia del Todopoderoso. Pachamama no trata de enseñanzas secretas, indescifrables y ocultas, sino de cosas que todos sabemos pero que no vemos, respetamos ni ponemos en práctica. Soy orgullosamente Sureño y de cepa, vivo en Pérez Zeledón, tierra de gente amable y humilde de gran corazón, una zona privilegiada por microclimas donde se gestan maravillas que pocos conocen.
En el Valle de El General, altivos sus Crestones del Cerro Chirripó, el verde de sus montañas que son reflejo de vida sana, de los ríos que vierten sus aguas corriendo libres y caudalosos como la sangre por nuestras venas. Allí en esa altura se nutre una magia natural micro climática donde se juntan la flora y fauna del hemisferio Norte y del Sur. Páramos y cavernas hermosas que se esconden con la humedad de la neblina, pero al esclarecer, Pachamama muestra sus mejores colores en virtud, para la comprensión y fortalecimiento del propio corazón humano. Así, ella apacigua no sólo sus dolencias, pero también las del ser humano que sabe apreciarla.
Somos Sureños y amantes de la naturaleza, respetuosos de todo lo que nos rodea. Pachamama con su mística única provee más que belleza para nuestro deleite; sureños y campesinos, gallardos por excelencia, de corazón damos un ejemplo de conciencia para que el mundo nos haga honra con su presencia. En mi cantón Pérez Zeledón nos hemos ganado un pedacito de cielo, un paraíso que deseamos compartir. ¡Les deseo una larga y feliz vida! Anímense a responder al llamado de Pachamama diciendo: “¡Te oigo, aquí estoy!”, “Costa Rica es Pura Vida”.
Por John Bisner Ureña
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