La mayoría de las familias tenemos una mascota; un perro o un gato, o ambos y estos animalitos se han vuelto parte importante del núcleo familiar. Como dueños responsables debemos cuidarlos, amarlos y respetarlos como seres vivos. Ahora qué pasa cuando irrespetamos las leyes del país y no valoramos a los demás seres vivos como la fauna silvestre y las personas que buscan un lugar para su recreación como un Parque Nacional.
Según la Constitución Política en su artículo N°50, todos tenemos derecho a disfrutar de un ambiente sano y equilibrado, en el artículo N°8 de la Ley del Servicio de Parques Nacionales, indica la prohibición de introducir animales dentro de áreas protegidas y en el artículo N°20 del Reglamento de Uso Público del PNMB, prohíbe el ingreso de mascotas y animales domésticos.
¿Por qué existe está legislación? Los perros y los gatos son cazadores por naturaleza y estas interacciones con la fauna silvestre pueden generar estrés, heridas y en el peor de los casos la muerte de animales silvestres; por medio de transmisión de enfermedades, de las cuales algunas no tienen cura generando epidemias que afecten a monos, mapaches, pizotes, entre otros. Las excretas de los perros tienen bacterias o virus que pueden transmitir enfermedades que inclusive afectan a los seres humanos, los perros son presa fácil para los cocodrilos y caimanes que habitan en el ecosistema del Parque Nacional. Entre otras razones los perros pueden presentar comportamientos impredecibles ante mucha gente y morder si se sienten amenazados poniendo en peligro la integridad de personas adultas, jóvenes y niños.
Los funcionarios del Parque Nacional Marino Ballena (PNMB) no pueden exponer la salud e integridad de la vida silvestre y los turistas dentro de un área protegida. Recordemos que éstas se crearon en primera instancia para proteger las especies que habitan ahí y su ecosistema.
Por Stephanie Mory
CONTACTO: Stephanie Mora – Subdirectora Parque Nacional Marino Ballena pnmarinoballena@gmail.com