Por Dagmar Reinhard

Estas fueron mis primeras vacaciones en muchos años”, nos dijo Linda Agovino. Ella es de Montauk, Nueva York, una pintoresca ciudad de playa con solo 4000 residentes de tiempo completo que es favorecida por la visita de millones de turistas cada verano. La ciudad tiene lagos para nadar y pescar, bosques, colinas y hermosas casas de la época del presidente Roosevelt.

Durante los últimos ocho años, Linda ha sido amiga de Rachel y Nego, propietarios de Pineapple Tours; han trabajado con Linda en un restaurante en la azotea en Montauk, donde ellos van durante la temporada baja de Costa Rica.

Linda es una pequeña dama con una personalidad alegre que decidió visitar a sus amigas Rachel y Nego en Dominical. Le alquilaron una casita en Sesame Street, a unos cientos de metros de la playa.

Bendecida con la amistad de algunos de los mejores operadores turísticos de Dominical, Linda tuvo la oportunidad de visitar los manglares, la famosa cola de ballena, Ventanas, practicar SUP en el río Barú y caminar a las cataratas. También visitó la granja de Tilapia y pasó un tiempo en el Club de Yates Los Sueños. Por supuesto, Envision estaba en la lista. Disfrutó de la música y la sensación de libertad al estar con personas con un corazón abierto.

Linda es una amante de la naturaleza y un nerd de aves. Michael, un guía turístico local, le enseñó muchos secretos sobre el océano y sus ecosistemas. Tuvo la oportunidad de salvar a un bebé opossum y llevarlo al Santuario de Vida Silvestre Alturas.

Linda tuvo que someterse a un tratamiento dental y ocular mientras estuvo en Costa Rica. Según su experiencia, el costo de los tratamientos era un tercio del precio que habría pagado en los EE. UU. y la atención y el servicio fueron excepcionales.

Cuando le preguntamos a Linda qué era lo que más le gustaba, no dudó en decir "la gente de  Dominical".