Por Jeane Brennan
Quienes viven en Sierpe o cerca trabajan muy duro.
Ya sea pescando para abastecer a los restaurantes o por deporte, cultivando productos, criando animales de granja, o sean comerciantes minoristas, la vida es un reto diario.
Cuando llega el momento de que los habitantes de Sierpe celebren a su tierra, su país y sus coterráneos, todo el pueblo se une con alegría. Los bosques de manglares en toda la Península de Osa son fundamentales para la ecología y economía locales. En agosto se celebra el Festival de los Manglares durante cuatro días, en los cuales hay información educativa e histórica, comidas típicas, música y bailes tradicionales, tours por el río y los manglares, juegos de fútbol y más.
El pueblo es un hervidero de emoción.
El 15 de setiembre, Día de la Independencia, se celebró en cada pueblito y ciudad costarricense, y Sierpe no fue la excepción. El día empezó a las 5 a.m. con una camioneta pick-up cargada de estudiantes tocando ruidosamente tambores y cornetas. La idea es despertar a los vecinos temprano para que recuerden la historia, y lo que significa la independencia y vivir en un país de paz. Juegos para niños, artesanías, ricas comidas, y por supuesto, juegos de fútbol, son una pequeña parte de las fiestas. Otras actividades requieren mucho planeamiento y organización.
Cientos de ciclistas viajan por el río en el ferry y se enfrentan a las distantes colinas y caminos sin asfaltar. Las familias y amigos de todas las edades disfrutan y aplauden el Desfile de Independencia.
Los maestros y padres de familia son muy importantes para crear los disfraces, los ensayos y supervisar todos los detalles.
Finalmente, la tercera actividad es el “tope”, un hermoso desfile de caballos y montadores que orgullosamente recorren el pueblo.
Apreciemos el vivir en esta bella tierra y honremos a su gente y su libertad.
INFO: Jeane Brennan jeaneb9@gmail.com