Su piel está rodeada casi completamente por verdaderas espinas, sin embargo, es posible encontrar pelo delgado entre ellas. Las espinas en realidad son pelos modificados que han evolucionado como medio de defensa. La cara, vientre y extremo de la cola están desprovistos de espinas.
El animal que quiere enfrentarlo en una pelea lleva las de perder y aun cuando en esta pelea se muera el puerco espín, el contrincante podría morir también ya que sus espinas pueden migrar a diferentes órganos como cavidad oral, cuello, patas, causando infecciones espantosas y fatales.
Es un mito que el puerco espín puede disparar las espinas contra sus atacantes. Es más, debe existir cierta fuerza de movimiento para que se desprendan, pudiendo ser una mordida o manotazo del agresor.
Es un roedor nocturno, duerme durante el día en troncos y durante la noche come hojas en los arboles, así como frutos que le resultan apetecibles.
Es común encontrarnos estos animalitos merodeando por los jardines de nuestra casa y con el peligro latente que sean atacados por nuestras mascotas. Si esto sucediera es necesario sacarles las espinas una por una por lo general bajo anestesia general.
En conclusión el puerco espín no es una especie agresiva, pero al ser atacada puede causar serias lesiones al agresor. Además, es una de las especies amenazadas que debemos proteger y preservar para las futuras generaciones.
